Entre los principales aspectos que tiene como objetivo la educación temprana está potenciar las distintas capacidades de los niños y contribuir con su desarrollo cognitivo social y emocional.
Por estas razones es importante analizar la opción de matricular a nuestros hijos en programas de estimulación o centros educativos que cuenten con programas académicos formales y hasta programas de idioma con una secuencia. Aprovechando que los niños en estas edades son unas “esponjas” todo lo absorben y son capaces de aprender de una forma muy natural.
Les contamos algunos de los muchos beneficios que la decisión de involucrar a nuestros hijos en centros educativos desde temprana edad, con programas académicos de un sistema formal trae:
- El proceso de adaptación: los niños que asisten a guarderías o centros de estimulación temprana, en donde se relacionan con otros, hace que se adapten mas fácilmente a los cambios de ambiente. De esta forma, cuando ya el niño vaya a entrar a preescolar, el desapego va a hacer mas sencillo y no pondrán resistencia.
- Socialización: Aprenden a socializar y a compartir con otros niños de la misma edad de forma mas rápida, lo cual es un gran beneficio para los niños que no tienen hermanos o que están rodeados de adultos.
- Fomentar el desarrollo de su memoria, imaginación y creatividad: por medio de juegos, estímulos, música, lectura, etc.
- Crear capacidades para afrontar el mundo: a través del juego, se crea un contexto rico en estímulos, que ayuda a ampliar el vocabulario, a contrastar y a categorizar.
- Facilidad de aprender un segundo idioma: Elegir opciones que ofrezcan la enseñanza de una segunda lengua es una oportunidad muy grande que le podemos regalar a nuestros hijos. Los niños entre mas pequeños, son mas capaces de distinguir diferentes sonidos, es por esto que el aprendizaje de un segundo idioma se les hace mas sencillo. Y conforme vayan creciendo lo van perfeccionando, hasta convertirse en personas bilingües.